La muerte de Piermario Morosini enciende la alarma en el fútbol

Muchos son los interrogantes que rondan este tipo de situaciones que se dan en los deportes de alto rendimiento. Este fin de semana, el jugador del Livorno Morosini, de la Serie B italiana, se desplomó en pleno partido y no hubo nada que pudieran hacer los médicos. En ese país es el segundo caso en lo que va del año y en Europa el caso de Muamba en Inglaterra todavía resuena. La pregunta es: ¿Es seguro el deporte?

Lo que falta en un primer término son las respuestas. La sociedad italiana (excediendo a los futboleros) se debate por el fallecimiento de Piermario en pleno campo de juego. Tras la autopsia de hoy, se reconoció que "No existen pruebas fehacientes que determinen la causa de la muerte". En territorio itálico, es el segundo caso en apenas un mes.

Además del jugador de 25 años, el jugador de voley Vigor Bovolenta murió el 24 de marzo, jugando con su equipo, el Yoga Forli, contra el Volley Lube en Macerata cuando se desmayó tras un saque, muriendo a las pocas horas.

En el caso del centrocampista del Livorno, se critica el retraso en la llegada de la ambulancia, que podría haber sido obstaculizada por un patrullero, algo que se está investigando. Según el alcalde Luigi Albore Mascia recibió un carta del organismo de seguridad donde reconocen la negligencia, y se analizaría la posibilidad de presentar cargos por homicidio imprudente. La habitual búsqueda de culpabilidades la zanjó Leonardo Paloscia, el cardiólogo que trató en el hospital a Morosini: "No había nada que hacer ni en la cancha ni en el hospital".

En Europa se habla de que si el deporte profesional es seguro. El cardiólogo Eugenio Martuscelli señaló la importancia de la existencia de todos los medios de asistencia en las instalaciones y defendió que se aplique un sistema de control que certifique la salud de los deportistas. Por su parte, desde el sindicato de futbolistas, se declaró que "Una cosa así es inexplicable. Nos reuniremos para hablar de esta tragedia y de asuntos relacionados con la seguridad de los jugadores. Decenas de miles de niños juegan en ligas de aficionados con muy pocos controles".