En un partido que rozaba la eternidad, el serbio venció a Rafael Nadal por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 y 7-5, en 5 horas y 53 minutos de juego. Es el quinto Grand Slam y el tercer Australian Open (2008, 2011 y 2012).
El primer set fue el reflejo de lo que vendría. En un nivel muy parejo, fue para el mallorquín. Los dos siguientes tuvo a Nole intentando mostrar supremacía, ganando 6-4 y 6-2 respectivamente, números algo mentirosos para lo que fue la intensidad del juego.
En la cuarta manga, el español intentó volver a meterse en el partido, logrando forzar un tie break, donde perdía 5-3 y lo terminó levantando 7-5 e igualando las acciones nuevamente.
Se iba a definir en el último set. En la mañana argentina, se veía que el cansancio estaba empezando a pasar factura. Ambos trataban de sacar aunque sea una mínima ventaja, donde sabían que el rival exhausto no podría emparejar. Los games se sucedían y el 4-4 seguía siendo el reflejo de la paridad. Hasta que Djokovic pudo quebrar el saque y quedó con el servicio a su favor y 5-4 en el marcador. En un notable esfuerzo se llevó el game definitivo y pudo desatar el festejo.
Fue la final más larga de la historia. Al llegar a las 5 horas y 53 minutos se convirtió en la más extensa de los torneos de Grand Slam, superando las 4 horas y 54 minutos del duelo Ivan Lendl - Mats Wilander en el Abierto de Estados Unidos de 1988.
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