sábado, 18 de junio de 2011

River en Promoción: ¿Prueba del nivel de nuestro fútbol?

Jornada atípica la de hoy. 5 partidos en simultáneo, definiendo algo tan importante como quienes descienden y quienes promocionan. Se prende la TV. Por cable, Tigre visita a Argentinos y si gana se olvida, mientras que en otro canal, Huracán busca el milagro ante el Rojo. En los canales de aire, Olimpo y Quilmes buscan escalar en esa maldita tabla para no caer de categoría, Gimnasia tiene que hacer valer la presión ante Boca, en la despedida de Palermo. Y el último partido, tiene a Lanús jugándose la estadía en Primera ante River... ¿Cómo? ¿No es Lanús el que tiene que ganar o ganar? ¿River si pierde va a la Promo? Sin dudas, una jornada para alquilar balcones.

Rolle, de Olimpo, enciende la esperanza de su club y la bomba de Núñez. Gimnasia en minutos se pone 2-0 arriba, el Bosque estalla, mientras más de un hincha oriundo de Parque Patricios llora. En un ataque de Argentinos, Blandi la empuja al gol, y alarma a todo Tigre, al tiempo que Avellaneda es un festival de goles. Pasaban los minutos. Gol de Lanús. Sí, gol de Lanús. Romero definió ante un Carrizo al que sólo le quedó mirar como se le alejaba la pelota y se acercaba la Promoción. Con este panorama, el Lobo jugaba ante un rival de la B, al igual que el Millonario, mientras que Quilmes y Huracán se quedaban sin chances.Pero como se dice, los partidos hay que jugarlos. Cellay (con pasado en el Globo y en Estudiantes) descontaba en 60 y 118, poniendo suspenso a la tarde. Lamela se ponía el equipo al hombro e iba hacia adelante, consiguiendo el empate, el empate transitorio más festejado en la historia de la Banda. A todo esto, Tigre empataba y prácticamente se desligaba del asunto. Pasaron más minutos. El cervecero de Caruso iba a quemar las naves, a triunfar y esperar, pero sin lograrlo. Independiente golpeaba una y otra vez, y su técnico sufría sus propios goles.

Se acercaban los finales. Los medios más importantes del país empezaban a escribir los títulos de sus crónicas que quedarían en la historia. River necesitaba un gol, que no llegaba. Empiezan a cerrarse los resultados. Argentinos y Tigre igualaban 1-1. Quilmes descendió al perder 1-0 con el aurinegro de Bahía Blanca. Independiente jugó su mejor partido y vapuleó 5-1 a Huracán, cuyos jugadores, entre lágrimas, escuchaban por radio lo que pasaba en La Plata. Un gol del Xeneinze los revivía. No pedían más que eso, le rezaban a ese Palermo que no tuvo problemas en meter más de 300, le decían que se conformaban con uno más.

El Bosque era un delirio. Festejos y desahogos de algunos, abstinencia de seguir mirando para otros. Tiro libre, 47 minutos de juego, Cellay (¡justo él!) pone el 2-2, ese empate que se gritó más en Avellaneda que en la tribuna visitante del Juan Zerillo. Boca festeja algo que no le aporta, River hace historia, porque llegó Leandro Díaz, y puso el 2-1 que lo hundió en la más profunda crisis institucional de la historia.

Cinco de la tarde en Argentina. Olimpo y Tigre festejan. Gimnasia y Huracán son puros nervios, tienen que jugar un nuevo partido, y el que pierda se despide de la máxima categoría. Quilmes espera volver en un año. River... ¿Qué se puede decir de River? Cosecha lo que sembró en años. Último en un torneo. Un presidente que vendía jugadores a cambio de latas de pintura para la tribuna. Ventas millonarias, y compras de centavos, ¿La diferencia de dinero? Se cayó en el camino. Así y todo, demasiado se hizo en el club, que si no fuera por su pasado, estaría festejando el ingreso a una copa internacional.Ahora, a esperar. El Lobo ante el Globo. La institución más ganadora de la historia de nuestro fútbol, ante Belgrano de Córdoba, aspirando a ser ayudados aunque sea por una mísera ventaja deportiva, que los mantenga resguñando en Primera.

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