Este domingo, no fue un domingo más de fútbol en nuestro país, realmente la situación que vivió River Plate no fue para nada buena y con eso no descubrimos nada, pero si podemos agregar a todo lo que ocurrió en la semana en el mundo mediático con declaraciones de las ex-estrellas de la banda (como es apodado), que siguió “hasta al baño” a Passarella, que se creyó en las adivinanzas de un burro. A todo eso hay que agregar que 110 años de trayectoria en la máxima categoría del fútbol argentino le dieron y le darán una chapa que solo su primo, archienemigo o simplemente rival, Boca Juniors también tiene y tal vez un escalafón mas abajo pero no menos importante Independiente de Avellaneda.
Belgrano de Córdoba, fue el pequeño, cual La Biblia reconoce a un David ante Goliat, quién ganó la primera de las contiendas con una ventaja más que promisoria. El pirata, en Alberdi cosechó mas allá del 2-0 una tranquilidad que solo los testigos imparciales podrían tener. Sin embargo, eso no quitó el respeto que debió tener en "el monumental" ante el gigante dormido.
Comenzó el partido y River fue una tromba tratando de revertir rápidamente la historia, y Mariano Pavone a los 5 minutos convirtió el 1-0 parcial con una media vuelta de afuera del área grande le daba las esperanzas al hincha que se había acercado a Núñez. El primer tiempo se fue con una imagen poco habitual en la actualidad de River, que hizo acordar a las mejores épocas por la supremacía que había en el rectángulo de juego sobre su rival.
En el segundo tiempo, las cosas seguían iguales, River iba e iba continuamente, hasta que el pirata a través de Pereyra dio un aviso de que no se descuiden en la defensa porque los de camiseta celeste no eran unos improvisados. Y fue así nomas que a los 16 minutos del complemento y tras un yerro de la defensa riverplatense Farré entró solo y con una definición casi de fusilamiento logró derrotar a Carrizo y poner el 1-1 por entonces.
River, parecía que se recuperaba rápido de esa situación cuando Caruso caía en el área y Pezzota cobraba penal. En el arco, Olave (ex Gimnasia de La Plata entre otros) tenía la responsabilidad de seguir ilusionando a los cordobeses, y Pavone de revertir la historia. El arquero de Belgrano fue hacia su derecha y adivinó el remate del tanque para quedarse con esa pelota y casi con el ascenso a primera división.
Villalba que hacia mucho que no jugaba en la primera del millonario y Bordagaray eran los salvavidas de Juan José López, pero la desazón llegó cuando se empezaba a jugar el adicionado de tiempo y Belgrano era el que ascendia a primera división. Cuando ya no había nada para hacer, el llanto se hizo uno en la gente y en los jugadores de una de las instituciones mas prestigiosas de nuestro fútbol.
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