martes, 12 de junio de 2012

Un aniversario que pocos quieren recordar

A 10 años. La madrugada del 12 al 13 de Junio de 2002 fue una de las menos dormidas en nuestro país. Argentina enfrentaba a Suecia en el Mundial de Corea-Japón. La aplanadora de Sudamérica y gran candidata a la cita mundialista fracasaba en su intento por llegar a la cima otra vez. 


Desde la asunción de Bielsa en 1999 (y excluyendo la Copa América de Paraguay, donde no le fue bien) cosechó varios éxitos, perdiendo un solo partido de Eliminatorias, sacando 12 punto a Ecuador y triunfando en amistosos ante Italia y Alemania. 

Comparaciones hubo miles. Desde su poco apego al “estilo argentino”, más cercano a formatos europeos como los de holandeses y alemanes de los últimos 30 años. Verón, Sorín, Batistuta, Ayala, Simeone, Ortega, Aimar, y Crespo, entre otros, formaban un envidiable plantel. 

Argentina fue cabeza de serie del “grupo de la muerte”. El debut se produjo frente a los nigerianos y fue victoria 1-0 con un cabezazo de Batistuta, mientras que en el segundo encuentro se produjo una derrota frente a los ingleses con un gol de penal convertido por Beckham. Tras esto, los sudamericanos debían ganar frente a los suecos. Si Argentina empataba debía esperar que Nigeria venciera a los británicos por 2 goles de diferencia. 

El plan de los europeos era claro: dos líneas de 4 y si por algún milagro del deporte conseguían sacarle la pelota al combinado nacional, confiarían en la efectividad de Ljunberg, Larsson y Allback. Comenzó el partido y llegaró el festival de oportunidades desperdiciadas por el ataque argento. El segundo tiempo no cambió en nada ambos planteos, pero Andreas Svensson ejecutó el tiro libre más recordado de su carrera que hizo inútil cualquier esfuerzo de Cavallero. A pocos minutos del final del partido y en medio de los nervios, derriban a Ortega y el árbitro sancionó penal para lo albicelestes. El arquero desvió la pelota pero Crespo sentenció el empate. 

Llegó el cierre y las lágrimas dijeron presente. Del fútbol de alto vuelo a ser apenas una sombra. Todo en un mismo ciclo. Una de las pocas veces que el combinado nacional fue amplio favorito. Así le terminó yendo.

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