El Lobo desperdició lo que fue la mejor chance. Cayó sin atenuantes por 2-0 como local frente a Arsenal, por la 10º fecha del Torneo Clausura 2010. Los goles fueron convertidos por Luciano Leguizamón y Mauro Obolo. Y se jugó bajo el discutido arbitraje de Saúl Laverni.
Se dice que se perdió una oportunidad porque habían perdido todos los rivales directos, Atlético Tucumán, Chacarita, Racing y Rosario Central, y con una victoria, los de Cocca habrían salido de todo.
En un partido mal jugado, Gimnasia sufrió por su propia ineficacia en el área de Campestrini. Se fueron sucediendo jugadas con peligro de gol en manos de Agüero, Stracqualursi, Maldonado y Aued, entre otros, pero todas mal definidas. Los de Sarandí en cambio, se llevaron el premio a la eficacia: en su única jugada de máximo peligro, a los 33', el ex albiazul Leguizamón aprovechó una asistencia de Obolo ingresando solo por el medio, decretando el 1-0 (tercer gol de este jugador al Lobo).
A partir de ahí, los nervios tomaron las riendas del juego. Es que se sabía que algo grande se escapaba. Se agregó la temprana expulsión de Romero (doble amarilla por simular un penal), y todo cuesta arriba.
Y nuevamente a los 33', Mauro Obolo aprovechó una falla de la defensa luego de un pelotazo largo para romper la resistencia de Sessa con un tiro cruzado. Lo que le quedó a Gimnasia fue ir a buscar la hazaña casi con vergüenza, y casi lo consigue en los pies de Ormeño, pero no mucho más.
Lo que había arrancado como una fecha de ensueño para los hinchas triperos, se convirtió en una verdadera pesadilla.
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